Cella Septichora

La Cella Septichora es el edificio más importante de las excavaciones arqueológicas en Pécs, datadas en la época romana.

El conjunto trata de un cementerio paleocristiano del Siglo IV declarado por su importancia histórica como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Vamos a explicar un poco mejor esto…

Todos sabemos que la religión cristina tuvo sus inicios en el Oriente Próximo, en territorio dominado por los romanos. Posteriormente, como consecuencia de los viajes se fue extendiendo hacia Occidente. Este periodo se conoce como paleocristiano y sus principales organizadores fueron los apóstoles Pedro y Pablo.

Todos estos paleocristianos fueron perseguidos por los romanos hasta que en el año 313, el Emperador Constantino I El Grande permitió la libertad de esta práctica religiosa.

Desde el Siglo I la ciudad de Sopianae (actual Pécs) ya contaba con una comunidad paleocristiana numerosa y tenían su cementerio al norte de la ciudad donde pronto empezaron a construirse las primeras cámaras sepulcrales. Entre el siglo III y mediados del V los romanos también usaron este cementerio quedando entonces mezcladas las tumbas de unos y otros. Hasta ahora se han descubierto más de 1.000 tumbas y 24 sepulcros pero el cementerio está todavía prácticamente inexplorado.

En toda esta necrópolis paleocristiana destaca un edificio, el mayor de todos, la Cella Septichora, que viene a significar sepulcro de siete ábsides.

En esta época era raro el uso de sepulcros y sólo las clases pudientes podían permitírselo. Hay que entender que el nombre en sí de sepulcro hace alusión a una caja para los muertos, normalmente de piedra caliza, que hace que la carne del cuerpo se descomponga en 40 días. Fué una de esas cosas que los romanos tomaron prestado de otras civilizaciones conquistadas.

Una de las tumbas más famosas de este lugar son la Cámara Sepulcral de Pedro y Pablo, no porque estén enterrados aquí los apóstoles sino por los frescos que todavía conservan las paredes y el techo donde se hace alusión a ellos.

Otro famoso sepulcro por sus decoraciones es la Tumba de la Botija, con sus motivos geométricos que diferenciaban el cielo de la tierra.

Nos queda salir de este recinto para ir un poco más al sur y entrar en otra tumba, quizás la más famosa de todas. Un mausoleo paleocristiano con representaciones en sus paredes del Antiguo Testamento.

Bueno, ya nos hemos dado un paseo por la historia, seguimos nuestras visitas. 😉