Estamos frente a una de las más recientes atracciones de la ciudad y también quizás de las más desconocidas para los turistas que visitan Budapest. Se trata del sueño de todo niño, y también de muchos no tan niños, un mundo en miniatura donde podemos ser por un momento un gigante y dejar volar nuestra imaginación.
Esas maquetas que alguna vez hemos visto en alguna película con pequeños trenes que se movían atravesando túneles en las montañas, atravesando bosques y pequeñas ciudades aquí se hacen realidad.
Tienen una gran representación de Budapest, viendo sus rincones y edificios más emblemáticos, así como de otras importantes ciudades de Hungría.
También podemos dejar volar la imaginación en una parte dedicada a Austria y Alemania, donde encontraremos desde alpinistas hasta una estación de esquí.
Por si a alguien se le ha pasado por la cabeza eso de pensar que sólo para ver maquetas la visita no merece la pena se equivoca completamente. Cada pocos metros tenemos un panel de control y lo entretenido, lo que nos hace volver a nuestra infancia, es tocar los botones y conseguir averiguar en que parte de la maqueta es interactiva. A veces se encienden luces, otras se mueven objetos e incluso podemos oir los sonidos relacionados con lo que esta representado ante nosotros.
Como se pueden imaginar el mantenimiento y el buen funcionamiento de todas las maquetas lleva detrás un equipo humano muy dedicado y una sala de control alucinante.
Para acabar esta visita os voy a contar un secreto, a lo largo de todas las maquetas hay pinceladas de humor y descubrirlas es muy divertido. Nos despedimos por el momento pero os dejamos dos fotos de unas que decubrimos nosotros
Se nos olvidaba, desde su página web MINIVERSUM pueden conseguir las entradas y tienen más información sobre horarios y exposiciones nuevas, seguro que en breve se convierte en una de las visitas imprescindibles de la capital.