Hoy nos adentraremos en el interior de la tierra para visitar las Cuevas Kársticas de Aggtelek desde la parte húngara.
Están declaradas como Patrimonio de la Humanidad desde 1995 y forman el mayor complejo cavernícola de Europa Central con unos 25 Km. contando todas sus ramificaciones. Todo el complejo que incluye cuevas, galerías, pequeños lagos e incluso dos cuevas de hielo, están comunicadas bajo tierra, pasando incluso bajo la frontera húngara y adentrándose varios kilómetros bajo Eslovenia, desde donde también se pueden visitar.
La idea en nuestro viaje era llegar a la Cueva de la Baradla, la más grande de todas, desde donde salen visitas guiadas de una o varias horas dependiendo del recorrido pero… ¡¡Llegamos tarde 🙁 !! . Está todo muy bien preparado para los turistas, con un gran centro de visitantes, un restaurante y la tienda de recuerdos entre otras cosas.
Esta grieta que se ve detrás de Carol es la entrada a la Baradla Cave pero, por más que intentamos entrar 5 minutos después del grupo, ya no nos dejaron.
No se si, porque a la señora que controlaba el acceso estaba de buenas o por ver nuestra cara de decepción, al final nos indicó que en una media hora salía otro grupo desde un lugar cercano que se llamaba Jósvafő, así que nos fuimos con el coche a todo gas para intentar llegar. Según nos dijo desde Jósvafő la excursión era mejor porque se andaba menos que desde aquí ya que la parte más bonita estaba más cerca de la otra entrada.
Pensábamos que ibamos a encontrar una pequeña casita con un cartel donde entrar a la cueva pero al llegar lo que vimos es un centro de visitantes enorme. No sabemos si, por el día de la semana o por la época en la que fuimos ( finales de octubre), nos sorprende que nuestro grupo estaba formado por unas 6 personas, contándonos a nosotros dos y al guía. Que decir, un lujo ver esta maravilla casi en soledad.
La excursión comienza bajando unas escaleras que no parecen acabar nunca… No recuerdo cuantas bajamos pero si que, por la inclinación, teníamos que estar a bastante profundidad y se notaba el frío por la humedad del lugar.
A partir de este punto tenemos que mencionar la impresionante infraestructura que hay montada bajo tierra para recorrer las cuevas. Un sendero de cemento con unas barandillas que delimitaban el camino para no salirte durante todo el recorrido, todo acompañado con una iluminación fantástica que estratégicamente destacaban las mejores formaciones rocosas que ibamos encontrando.
Por si alguién tiene todavía alguna duda con esto, no lo creo pero por si acaso, las estalactitas descienden del techo hacia abajo y las estalagmitas del suelo hacia arriba. Algunas de las que veremos son realmente gigantescas, formadas durante miles y miles de años así que POR FAVOR, NO TOCAR.
Esto lo decimos porque al parecer siempre hay uno que se cree más listo que los demás y se quiere llevar un «recuerdo» sin darse cuenta que ese pequeño recuerdo ha tardado en formarse varios cientos de años y es una pena.
Durante una hora y pico de camino da tiempo a ver muchas cosas y lo mejor, para compartirlo con todos, son todas estas fotos.
Algunas de las estalactitas son tan grandes que han sucumbido por su propio peso dejando al descubierto su interior. La naturaleza poco a poco comienza a formar una nueva en el lugar que ocupaba la otra.
También vemos algunas estalagmitas en varios procesos de su formación.
Algunas de estas nuevas formaciones son realmente bellas y la foto no les hacen justicia.
Al darle la luz tiene millones de pequeños destellos brillantes por los minerales que se van depositando capa a capa sobre ella.
Cuando una estalactita se encuentra a medio camino entre el techo y el suelo con una estalagmita se forma una estructura llamada columna. A veces las estalactitas no tienen esa forma característica cónica invertida sino que parecen más bien un caramelo derretido por el calor que se va deslizando hacia el suelo y en vez de acabar en punta terminan con una masa más ancha que el propio cuerpo de la estalactita. A esta formación se la conoce como bulbo. en la siguiente foto podemos ver una de estas columnas y detrás de ella uno de los bulbos a los que nos referimos.
Todas tienen un color característico dependiendo del tipo de mineral que se ha disuelto en el terreno superior y que se deposita sobre ellas formando un espectáculo de color que, de no ser por las luces del camino, no se podrían contemplar.
A lo largo del recorrido hay varias zonas que, por su grandeza o importancia geológica, tienen su propio nombre que las diferencia de las otras zonas de la cueva. Por ejemplo tenemos el «Salón de las Columnas».
el «Observatorio», que tiene la estalagmita más grande de Hungría con 19 metros de altura, con una antigüedad de 800.000 años y un peso aproximado de 800 toneladas.¡¡Colosal!!
El camino la bordea por detrás para poder verla alrededor pero es tan grande que desde el otro lado no hay forma de que encuadre en el objetivo.
Hay otro muchos lugares que se son fácilmente reconocibles por el recorrido como la «Golden Street», de 100 metros de largo y bordeado por sedimentos de roca que le dan un color característico, el «Fallen Tree» , una gran estalagmita que se derrumbó, etc…
También hay lugares en los que te dice la guía que juegues a advinar a que animal se parecen algunas formaciones. nosotros descubrimos la que se conoce como «Mother and her child», ( la madre y su hijo) , el Cocodrilo, y la Cabeza de Dragón
Antes de llegar al final de la visita nos tienen preparado el plato fuerte. Apagaron las luces y con una pequeña linterna que lleva la guia vamos subiendo por una pequeña escalera agarrados a la barandilla hasta que nos hace detener en un punto en el que ya no sabes muy bien donde te encuentras. Aquí empieza a sonar una música, por cierto, la acústica es buenísima, y poco a poco se empiezan a iluminar diferentes zonas de la cueva y te la sensación de estar en un lugar inmenso.
Les dejo primero el video y después algunas fotos de esto. Se llama la Sala de los Gigantes y es el salón más grande del sistema de Cuevas de Baradla con 130 metros de largo, 40 de ancho y 27 metros de altura… Es una experiencia maravillosa, nos sentimos muy afortunados de haber podido disfrutarla, pelos de punta y emocionados de poder haber estado allí.
Por cierto, el video al principio se ve oscuro porque es lo que hay, oscuridad, espera un poco y después verás como se va iluminando.
Después de esto salimos de las cuevas por otro lugar, nos recoge un microbus y nos regresa al principio. Es cuando te das cuenta realmente de todo lo que hemos andado bajo tierra…
Lo recomendamos, aunque llegar allí no fue fácil porque está bastante lejos del recorrido habitual, merece sin lugar a dudas, la pena. ¡¡No te lo pierdas!!