La Catedral de Sevilla

En el corazón de Sevilla se encuentra la mayor catedral de estilo gótico del Mundo, la Catedral de Santa María.

Fue declarada en 1987 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y hoy tenemos la oportunidad de visitarla. Para intentar no perdernos nada pondremos el plano e intentaremos mostrarles todo lo posible de su interior.

Los orígenes de los terrenos donde hoy se alza la catedral fueron en su día utilizados para construir una mezquita de la que hoy sólo se conserva el Patio de los Naranjos entre los años 1172 y 1198 durante el Período Almohade. Después de esto tuvo lugar la reconquista de la ciudad por los cristianos en 1248 añadiéndole estancias como la Capilla Real y consagrando la mezquita como la catedral de la archidiócesis. Esta situación se prolongó hasta el 1401 cuando el estado ruinoso de la mezquita original hizo que se demoliera y se construyera una nueva catedral.

Las obras empezaron en el año 1434 y no se terminaron hasta el 1506 convirtiéndose en la catedral más grande de su época (Gótico).

Según nos acercamos vemos que hay calesas y con suerte podemos sacar alguna foto que parece sacadas de otra época.

Nos encaminamos hacia la Puerta Principal o Puerta de la Asunción pero estaba cerrada así que dando una vuelta descubrimos donde estaba la cola para entrar… 😉

Bueno chicos, después de unos 5 minutos en cola ya estamos frente a la Puerta del Príncipe y frente a nosotros una estatua nos da la bienvenida, la «Fe Victoriosa» llamada Giraldillo y que es la que se alza sobre la torre de la catedral. Como pueden ver esta parte esta recién restaurada y esta reluciente.

Al entrar por la Puerta del Príncipe pasamos a lo que se llama «Lugar del Monumento» con sus enormes columnas que te hacen sentir insignificante paseando bajo ellas. en un lateral también podemos ver la «Capilla de la Virgen Antigua»

De frente tenemos el Coro con maravillosas tallas en madera.

A ambos lados del Coro, por la parte exterior, encontraremos los atrios donde están los órganos de la catedral, fantásticos. 😉

Realmente el trabajo en madera que podemos encontrar en la Catedral de Sevilla es difícil poder encontrarlo en otra catedral. También es su lado derecho podemos ver el Mausoleo de Cristóbal Colón donde reposan sus restos así como una lápida en el suelo donde también se encuentran los de su hijo, Hernando Colón.

Poco más adelante entramos en Sacristía Mayor, con una exposición de objetos de plata bajo una cúpula muy labrada.

Casi al lado contrario se encuentra este altar de plata.

Entre ambos, en el centro de la catedral se encuentra algo impresionante, el «Retablo Mayor», diseñado por el escultor Pedro Dancart en 1482 y está considerado el mayor retablo de la cristiandad. Se tardaron más de 80 años en terminarlo.

Con más detalle…

Por más que lo miras no te cansas, menuda maravilla.

Por cierto, no dejen de mirar hacia el techo en este punto, a ver que les parece…

Ahora vamos a salir al «Patio de los Naranjos», evidente de donde le viene el nombre… 😉

Desde el patio hay unas vistas maravillosas de la «Puerta de la Concepción»

Volvemos a entrar en la catedral y nos dirigimos al lado opuesto porque queremos subir a la torre, La Giralda. No confundir la Giralda con la catedral, un error que muchas veces hemos visto.

La subida es fácil ya que no hay escaleras sino una rampa que va subiendo poco y nos contaron que era así para que los burros cargados pudieran llegar hasta arriba. Desde las alturas podemos ver el «Patio de los Naranjos»,  el tejado de la catedral, el Alcazar y unas maravillosas vistas de Sevilla.

Al bajar decidimos quedarnos dando un paseo por el interior de la catedral a ver que más cosas descubrimos. Resulta que hay muchas pequeñas capillas que por sí solas son auténticas obras de arte y que muchas personas no se paran ni a mirar como por ejemplo la «Capilla de la Concepción Grande»

O la «Capilla de San Laureano», entre otras…

Sorprendidos y con ganas algún día de regresar nos despedimos ya de la Catedral de Sevilla, no es de extrañar que sea Patrimonio de la Humanidad. Una cosa más, no dejen de admirar las vidrieras… 😉