Partimos dejando el Lago Myvatn rumbo al Lago Lagarfljót, famoso por tener su propio monstruo. Más abajo les contamos la historia sobre esto.
La zona de Myvatn se despide de nosotros con unos maravillosos paisajes de las montañas humeantes por la actividad volcánica.
Al pasar este puente entramos en un desierto de piedra pómez de más de 50 Km., algo tan árido como impresionante.
Ni un vestigio vegetal más que alguna zona con musgo por la humedad… un paisaje desolador pero que tuvo que tener un pasado espectacular en su formación.
Esta es una de las zonas para las que se recomienda tener el seguro anti-gravilla para el coche. A veces el viento sopla con mucha fuerza y lanza pequeñas piedras pómez contra el vehículo.
Después de este desierto llegamos a la ciudad de Egilsstadir pero sólo para descansar un momento del coche y seguir hacia el Lago Lagarfljót.
Se nota que ha cambiado el paisaje porque a los lados de la carretera nos podemos encontrar con cascadas sin nombre como esta
Antes dijimos que este lago es algo así como el Lago Ness islandés, les contamos su historia.
Una niña encontró un pequeño gusano (un pequeño dragón espinado según el mito) muy pequeño. Parece ser que le preguntó a su madre que podía hacer con el anillo para que se hiciera más grande. Su madre le dijo que pusiera al gusano dentro del anillo. La sorpresa fué que al cabo de unos días había crecido tanto que había roto incluso el anillo. La niña se asustó y lo arrojó al lago donde parece ser que siguió creciendo. A partir de ese momento se avistó con más frecuencia y aterrorizaba a los campesinos y cada vez que se le veía era considerado como un mal presagio.
¡¡Bonito historia de folklore!!. Sea real o no, lo cierto es que desde 1345 vienen documentándose testigos que lo han visto y lo escriben como una serpiente poco más larga que un autobús. Nosotros no conseguimos verlo pero si quieren intentarlo ya saben donde está el lago 😉
El lago tiene unos 25 Km. de largo y 112 metros de profundidad con un agua que proviene del glaciar de color lechoso que impide ver nada bajo su superficie así que…¿quién sabe? Dejémoslo aquí y que se mantenga la magia del lugar.
Este lugar no sólo es famoso por su «monstruo» sino por tener uno de los bosques más grandes del país y uno de los pocos lugares donde encontramos árboles en Islandia. El bosque se llama Hallormsstaðarskógur y está repleto de lugares donde hacer un picnic y pasar el día si el tiempo acompaña.
Nosotros queremos hacer una pequeña excursión en la parte sur del lago que nos permitirá ver dos cascadas fantásticas, una de ellas, Hengifoss, es la segunda más alta de Islandia; la otra es Litlanesfoss y esta considerada una de las más bellas.
El lugar de partida está bien señalizado aunque se nos ha hecho un poco tarde para ver las dos así que lo intentamos con Litlanesfoss.
Por esas escaleras empieza nuestro ascenso que aparte nos dará una bonitas vistas del lago.
¡¡Mirad donde han colocado un lugar para sentarse y disfrutar!!
Todo el ascenso lo vamos haciendo paralelo al pequeño barranco por donde fluye el agua que viene de las cascadas.
También notamos que alguién nos observa con cara de desconfianza…
Poco más adelante ya podemos ver lo bella que es la Cascada Litlanesfoss
Una de las cosas por la que está considerada entre las más bonitas del país es por sus colummas de basalto a través de las que el agua fluye.
La cascada que se ve en la parte de superior de la foto es Hengifoss pero es lo más cerca que pudimos verla.
Por falta de tiempo tuvimos que dar la vuelta en este punto porque se nos hace muy tarde para llegar con la luz hasta nuestro hotel en Breiðdalsvík.