Una Experiencia Personal : Aprender Inglés en Londres

Aprovechando que llega el verano, y que justo este verano se cumplen 22 años que tuve la oportunidad de salir de España por primera vez e ir a Londres, quería compartir con vosotros lo que fue una gran experiencia que se ha convertido en un bonito recuerdo. Las fotos que voy a poner pocas personas las han visto pero alguna vez tenían que ver la luz, ja, ja, ja …

Por cierto, este post no es para los viajeros experimentados sino es para aquellos que empiezan a pensar dar sus primeros pasos fuera de su país y quieran aprender otro idioma.

Estas eran las pintas con 17 años

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Sin cumplir todavía los 18 y después de la selectividad mis padres me dieron la oportunidad de irme en principio un mes a Londres a una academia a aprender inglés. Al principio pensé:

«¿Para que voy a ir yo a Londres a aprender si la mejor nota que saqué en selectividad fue precisamente en inglés?»

Pero después lo pensé mejor (gracias a Dios) y vivir esta experiencia.

Mi recuerdo durante el viaje fue bastante penoso ya que no conocía a nadie en el vuelo y pensé más de una vez en donde me había metido con lo feliz que estaba yo haciendo pesca submarina y disfrutando del verano en las Canarias. Al llegar empezó la aventura…

Me llevaron a la casa donde me iba a quedar a dormir. Allí estaba una señora de unos 70 y picos años con su pelo corto blanco sonriendo en la entrada de la casa. Todavía recuerdo lo primero que me preguntó esbozando una sonrisa:

«Hello, What’s is your name?»

Lo curioso de esto es que aún teniendo unas notas bastante más que aceptables en inglés me quedé con cara de tonto mirándola e intentando descifrar mentalmente que narices me acaba de decir aquella mujer. Después de unos segundos pensando lo de «tierra, trágame» busqué la ayuda del profesor que nos acompañaba con la mirada y su respuesta fue algo así:

«Cuando quieras le puedes decir tu nombre que no se va a quedar toda la vida esperando a que te decidas»

¡¡ Segunda ostia !!, y en toda la frente….

A partir de ese día decidí que no podía ser tan difícil y que todo era producto de mis nervios el no conseguir entender nada.

Al día siguiente me llevaron a una Academia en la que estábamos hasta más o menos el mediodía y después a casa a comer alguna cosita. Tened en cuenta que acababa de llegar y el estómago no se me había acostumbrado a los horarios ingleses así que a esa hora ya me empezaba a apretar el hambre.

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En la academia había muchos otros chic@s (y no tan chic@s) de un montón de lugares del mundo. Recuerdo a japoneses, suizos, alemanes, tailandeses, incluso me hice amigo de un chico israelita y otro de Angola. Sólo había una norma que nos impusieron y que si queríamos aprovechar nuestro aprendizaje era la de intentar no hablar en español con nadie, y eso incluía a portugueses, italianos y brasileños porque la verdad es que nos entendíamos bastante bien cada uno hablando en su idioma.

Como teníamos las tardes libres yo aprovechaba para irme siempre que podía al centro de Londres y dedicarme a hacer turismo. Menudas pintas con mis gafas de sol redondas, la moña super peinada y un walkman negro enorme enganchado en el cinturón.

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Hice muchísimos amigos y aprendí mucho inglés, por lo menos el suficiente para desenvolverme bien en una conversación y no tener que buscar la ayuda de nadie. A día de hoy todavía conservo muchas de aquellas amistades que ahora están repartidas por el mundo, cada uno en su país. De hecho, espero que alguno de ellos, allá donde este, vea de casualidad este post y podamos retomar la amistad que por el paso de los años y por ser un desastre y perder las direcciones he perdido con alguno de ellos.

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Recuerdo también que casi todas las noches nos íbamos a un pub que había justo al doblar la esquina de la calle donde estaba la academia y allí estábamos todos los de la academia hasta las 11 pm que era la hora de cerrar.

Según pasaban los días más seguro hablando inglés me encontraba, incluso cuando llamaba a casa y mi madre me preguntaba cualquier cosa a veces sin querer le respondía en inglés… y lo peor es que cuando ella se reía por haberme equivocado encima iba yo y le decía «sorry», ja ja ja ja ja ja ja  – que recuerdos-

Al final del mes acabé casi suplicando a mis padres que si había forma de alargar aquella experiencia y tanto fue que insistí que al final estuve casi otro mes más. Si hasta les dije me buscaba un trabajo para quedarme…

Cuando hoy vuelvo a mirar hacia atrás, quizás esa época fue una de las más fantásticas y maravillosas que puedo recordar, mi primer momento de libertad lejos de la familia y viendo que el mundo era un lugar tan grande como mis ganas por conocerlo todo.

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La última vez que visité la ciudad hace un par de años quise pasar por el lugar donde estaba la casa de la señora y por donde estaba la academia… La señora ya se había marchado a otro lugar mejor y donde antes estaba la academia había una gran tienda de motos. La verdad es que las dos cosas me dejaron un poco triste pero sirvieron para atesorar más aún aquella época que pasé en ese lugar.

Después de aquel verano y de 22 años cada cierto tiempo siempre acabo volviendo a Londres y siempre me sigo sorprendiendo con las mismas cosas, me pierdo el Natural History Museum, alucino dentro del British y disfruto del tiempo de la capital londinense, por cierto no recuerdo un día que no me lloviera y acabara refugiado en algún sitio viendo como la vida simplemente seguía su curso.

Todo esto me vino a la cabeza porque una amiga que ahora tiene la oportunidad de disfrutar ella de la misma experiencia me lo comentó el otro día. Me enseño varias páginas donde se había estado informando y al final la ayudé a decidirse por una que fue la que más completa nos pareció.

Ella no se va a ir un mes, sino todo un año o sea que seguramente no creo que quiera volver y se quede a vivir allí pero bueno, así siempre tendremos excusa para ir a Londres a visitarla.

La academia a la que va a ir se llama Sprachdirekt, y es la que a día de hoy mejor he encontrado así que me gustaría recomendarla. Me gustaría decir para acabar lo mismo que le dije a ella:

«Si tienes la oportunidad de vivir esta experiencia, no ya por el hecho de aprender más o menos inglés sino por el simple hecho de vivirla y disfrutarla, no dudes en hacerlo porque con el tiempo te darás cuenta de que será una de las mejores decisiones que has tomado y que se convertirá uno de los recuerdos más maravillosos que guardes en tu memoria».

Bueno, esta fue mi experiencia y me ha gustado compartirla con vosotros porque me ha traido muchos recuerdos de aquella época mientras estaba escribiendo el post.