Si hay algún edificio que realmente os puede dejar con la boca abierta ese es la Opera Garnier.
Desde que entramos dentro y empezamos a ver su cargada decoración podemos imaginar la pomposidad y el alarde de riqueza de la aristocracia francesa de la época.
Justo a la entrada me fijé en el detalle de las farolas y lo quería compartir con vosotros.
Napoleón III ordenó su construcción y se inaguró en 1875 llamándose inicialmente Academia Nacional de Música.
Hay una visita guiada incluida con el París Pass a las 11 de la mañana pero nosotros hemos llegado a primera hora y no teníamos ganas de esperar casi dos horas así que pagamos y la recorremos por nuestra cuenta.
Al entrar hay un recibidor redondo franqueado por columnas en tonos rosados del que salen puertas en las 4 direcciones. Nosotros cogemos por la opuesta a donde entramos, más que nada por que las otras estaban cerradas, ja, ja, ja.
Lo primero la vista se va hacia el techo… que pasada de ornamentación….
De aquí llegamos a una escalera fantástica que da hacia la zona entre el escenario y la entrada. Todo aquí es impresionante, las escalera, las esculturas, el techo…. y eso teniendo en cuenta que tampoco es que sea algo gigantesco ni mucho menos, pero verdaderamente es complicado describirlo.. tenéis que verlo vosotros mismos.
Ya bordeando la zona del escenario y los palcos podemos ver desde un balcón donde se representaban las obras y nos da una idea de como sería ver todas las butacas llenas de gente disfrutando de la función.
Paseando por sus pasillos y salas encontramos varias joyas de decoración como estas
Ahora lo mejor y lo más ostentoso que hemos visto en todo París es este salón. No hay palabras….
Por favor, la Opera Garnier es visita obligada, podéis pasar de ir incluso al Arco del Triunfo, o a otros lugares quizás con más renombre, pero ésta no os la podéis perder.
Os dejo un video con trocitos que grabamos dentro.