Antes de visitar los Baños Gellért vamos a visitar la Iglesia Rupestre o la Iglesia de la Cueva, una iglesia muy austera pero con una historia interesante.
Caminando hacia ella por la orilla oeste del río encontramos la Fuente Gellért, donde una estatua del Obispo Gellért mira hacia la ciudad con una cruz en la mano.
También encontramos una estatua de la Reina Sisí. 🙂
Está inspirada en el Santuario de Lourdes y se consagró, dentro de una cueva en la colina, en 1926.
La iglesia de la cueva estaba destinada a la orden de los Padres Paulinos, fundada en el siglo XIII por Eusebio de Ezstergom. Sobre 1934 volvieron a Hungría 15 monjes que habían estado exiliados en Polonia y se hicieron cargo de la iglesia hasta que en los años 50 el comunismo prohibió el culto a la iglesia y tapiaron la entrada a la cueva.
No fue hasta el 27 de agosto de 1989 cuando se volvió a abrir al público.
Como está en una cueva hay que subir una pequeña cuesta donde nos encontramos con una estatua del Rey San Esteban y tenemos unas bonitas vistas del Danubio y del Puente Szabadság.
Venga, vamos a entrar a ver que encontramos.
En el interior, muy austero como dijimos, hay un águila negra polaca.
Y…¿Por qué un águila polaca aquí dentro? Muy fácil, los 15 monjes que volvieron del exilio en Polonia la trajeron, así como el nombre de los campos de concentración donde se internó a ciudadanos polacos durante la Segunda Guerra Mundial. También hay una libro donde se puede leer la lista de las escuelas que acogieron a los refugiados en esos años.
Todo el recorrido lo hacemos con la audioguía que nos va explicando la historia que, evidentemente, es lo interesante del lugar.
Al salir se pasa por una sala donde podemos ver las tallas en madera realizadas por el artista Beli Ferenc, realmente un trabajo asombroso sobre la madera.
Bueno, y ahora si, vamos a disfrutar de un merecido descanso en el Balneario Gellért. 😉