En el norte de Europa, en la región de Escandinavia, encontramos a Suecia, uno de esos países que te cautivan.
Es el quinto mayor país en extensión de Europa y sólo tiene 9,1 millones de habitantes, de los cuales casi el 84% se concentra en las grandes ciudades como su capital, Estocolmo.
Nos ha quedado pena de no tener más tiempo para poder conocer de Suecia más que su capital pero es una excusa para volver y ver más de este precioso país.
Con Estocolmo nos ha pasado una cosa curiosa y es la siguiente : No es una ciudad que impresione nada más llegar, de hecho a primera vista, no hubo nada que nos sorprendiera pero nos equivocábamos…
Estocolmo es una ciudad con infinidad de pequeños rincones maravillosos, donde la naturaleza y vida moderna conviven perfectamente. Muchísimas personas haciendo deporte en sus parques, pasear por las orillas de las islas mientras ves pasar los pequeños barcos, su bonita arquitectura, cientos de gaviotas rompiendo el silencio con sus graznidos… De verdad que es un lugar que te acaba enamorando.
Estocolmo se fundó en la Isla de Stadsholmen, hoy en día Gamla Stan (ciudad vieja) y a partir de ahí fue creciendo por las islas de los alrededores hasta convirtirse en una gran ciudad donde han aprovechado perfectamente el hecho de vivir prácticamente rodeados de agua.
Una cosa que nos llamó mucho la atención mientras caminamos por la ciudad fue la cantidad de padres y madres paseando a sus hijos pequeños en carritos. La conciliación de la vida familiar y laboral en Suecia parece que está a años luz de España.
Tenemos que agradecer a la Oficina de Turismo de Estocolmo y en especial a nuestra amiga Birgitta que nos ayudó mucho a poder realizar todas las visitas que teníamos planeadas en la ciudad.
Al igual que Islandia y otros países del norte de Europa, los suecos saben que uno de sus principales tesoros es su naturaleza y se preocupan bastante de cuidarla y protegerla, algo que muchos otros países podrían aprender.