Es un museo que suele pasar desapercibido en una visita a París pero realmente si te gusta la cultura oriental, ya sea la cultura hindú, la china, la japonesa, la thailandesa, etc. es una visita imprescindible ya que posee una de las mayores y mejores colecciones que existen en el mundo occidental sobre Asia.
Fue fundado por un magnate francés, Émile Étienne Guimet, cuya situación económica le permitía el lujo de hacer grandes viajes al continente asiático del cual estaba absolutamente enamorado.
En 1876 fue requerido por el ministro de instrucción pública para que se encargara del estudio de las religiones del Extremo Oriente por lo que la mayoría de las piezas del museo son de esa expedición. En el interior del museo está el Pantheon Bouddhique en el que se expone únicamente arte religioso oriental y que es una auténtica maravilla.
Al entrar hay una gran sala con numerosas esculturas de un tamaño considerable que nos dan la bienvenida.
Poco podemos decir más de este museo por lo que usaremos el tópico de que una imagen vale más que mil palabras así que ahi os ponemos unas cuantas.
Lo siento pero no me pude resistir a hacer el payaso…
Mirad que maravilla de armarios decorados en sobre-relieves
Cualquier rincón del museo descubre nuevas y sorprendentes obras de arte.
Como se ve en la foto de la izquierda si al sacar la entrada contratáis la visita guiada os dan unos auriculares y podemos escuchar en nuestro idioma una breve descripción de lo que estamos contemplando.
Estas dos esculturas en concreto nos gustaron mucho así que las compartimos con vosotros
En el interior también podemos ver la maravillosa biblioteca del museo
Hay también una importante colección de cerámica china y japonesa
En la parte del Pantheon Bouddhique donde se expone el arte religioso nos encontramos con cosas tan espectaculares como estas
Hay algo aquí que es totalmente perturbador y es la divinidad acerca del sexo, un tema casi tabú en las religiones occidentales.
Y como esta unas 20 más…, algo que no debéis de perderos porque es único en el mundo y quizás no haya otro sitio en el mundo donde poder disfrutar de esta colección.
En el interior hay una zona dedicada a las exposiciones itenerantes o temáticas que se pagan aparte. Cuando nosotros fuimos estaba la de Japón y a eso no nos pudimos resistir.
Imaginad la cantidad de foto que tenemos de todo lo que vimos pero no podemos ponerlas todas, así que apuntad este museo en vuestra visita y disfrutad.