Justo al lado del Muro de los Enamorados está esta iglesia de ladrillo rojo y arcos de hierro que si no es muy importante, si es llamativa por su arquitectura exterior. Se trata de la Iglesia de Saint-Jean de Montmartre.
Fue construida cuando La Basílica del Sagrado Corazón todavía estaba en obras ya que la iglesia que había en aquel entonces no daba cabida a todos los feligreses.
Aparentemente no tiene ningún valor turístico pero si vamos un poquito más allá de la típica foto que todo el mundo saca en los lugares de visita obligada es una de esas paradas en las que si nos fijamos en los detalles quizás merece la pena pararse un ratito y verla con calma.
A mi personalmente una cosa que me llamaba mucho la atención son los órganos de las iglesias y no se por qué pero según entraba en una no salía sin sacarle una foto a uno , ja ja ja ja.
Nos toca seguir el camino y buscar un sitio especial para comer pero vais a tener que esperar a la próxima publicación para ver donde fuimos.