Sin duda el pulmón de Londres, Hyde Park situado en pleno corazón de la ciudad.
Hay que diferenciar que Hyde Park estaría al Este en el mapa mientras que al Oeste esta Kensington Gardens, aún así se suele denominar a todo como Hyde Park.
Esta separación fue realizada por la reina Carolina en 1728 y desde entonces los Kensington Gardens cierran sus puertas cuando anochece, mientras que Hyde Park permanece abierto.
Viniendo desde el Sur por lo que se llama South Kensington, nos encontramos con el Royal Albert House y con el Albert Memorial.
El primero es una de las salas donde se realizan conciertos importantes y uno de los teatros más famosos del mundo. Construido por mandato de el Príncipe Alberto para el desarrollo de las artes y las ciencias se inaguró en 1891.
El Albert Memorial se encuentra dentro de los Kensington Gardens, justo enfrente del Albert Royal Hall y se trata de un templete en memoria del Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria.
Si empezamos a andar hacia el norte tenemos a la izquierda los Kensington Gardens, con el Palacio de Kensington en su lado más Oeste. Aquí fue donde se retiró la Princesa Diana de Gales tras abandonar su estancia en Buckingham y actualmente hay un museo con fotografías y los trajes más espectaculares que lució en los eventos más importantes.
Al lado derecho ya entramos en Hyde Park y encontramos la Serpentine, un gran lago artificial donde poder navegar en pequeños botes de remos o simplemente observar a los patos y cisnes mientras nos tomamos algo en sus terrazas escapando del ajetreado bullicio de la ciudad.
Tengo que reconocer que ese cisne era más alto que yo de cuclillas e impone cuando estira el cuello.
Todavía tengo el recuerdo de la primera vez que lo visité… Había lugares dentro del parque que no parecía que una ciudad del tamaño de Londres te rodeara, de hecho no se veían ni los edificios. Desde entonces, siempre que vuelvo a Londres me gusta pasear por aquí y dar de comer a alguna ardilla 😉