Un pequeño pueblo en el Norte de Islandia muy visitado porque es uno de los puntos más famosos para poder ver grandes ballenas.
Según llegamos Húsavík nos damos cuenta de que no hay muchas casas y que casi todo gira en torno a las ballenas. Antes de entrar y comentar el tema de las ballenas, la primera impresión que nos da el lugar es que es un bonito pueblecito pesquero con unas vistas fantásticas y una bonita Iglesia.
Hay dos empresas principales para poder ir a ver ballenas, y son North Sailing y Gentle Giants y tienen un amplío paquete de ofertas y posibilidades tanto en barco como poder acercarnos más todavía en una zodiac.
A nosotros nos quedó la pena de poder ir, por la época del año cuando estuvimos, porque ya no había muchas ballenas que ver, así que mientras Carolina y Silvia se tomaban un café disfrutando de las vistas yo me fui a ver el Museo de la Ballena.
El museo es muy peculiar y tiene muchas cosas educativas orientadas a los niños aunque a los mayores tampoco nos vienen mal y seguro que aprendemos un montón de cosas. Dentro no sólo podemos ver esqueletos de ballenas sino que podemos interacctuar con algunos de los objetos como esta vértebra que pesaba una barbaridad.
Islandia ha tenido una industria ballenera en el pasado muy importante y el museo esta lleno de láminas que recogen los momentos en los que se cazaban ballenas con arpones que lanzaban desde pequeños botes.
El techo está lleno de esqueletos de estos grandes mamíferos,
A mí siempre me han gustado los documentales de la naturaleza y siempre que puedo me gusta leer artículos sobre animales y aquí descubrí algo que no sabía y son estos dos grandes colmillos que tienen las ballenas en su mandíbula inferior, como veréis aquí dentro aprendemos los grandes y los pequeños.
También dentro del museo podemos ver otras criaturas de Islandia como sus aves y focas
Bueno, ya para acabar, os quiero presentar a Andri Birgisson que estaba trabajando en el museo y, curiosamente, me cuenta que le encanta España, sobre todo Sevilla.
Un islandés muy amable que nos explicó algo muy curioso sobre su cultura y que quiero compartir con vosotros. Casi todos los nombres de los chicos se forman con el nombre de la persona y le sigue el nombre del padre con la palabra «sson» que viene a significar «hijo de». Esto al parecer viene de tiempos vikingos y el más claro de todos los ejemplos que se me ocurre lo hemos oído todos : «Soy Thor, hijo de Odín». ¿ A qué os suena esto ?.
A las chicas en vez de «sson» se le añade la terminación «dóttir» que viene a ser lo mismo. Espero que os haya parecido curioso el dato.
Los precios para ver el museo son 1400 ISK para los adultos y para los niños de 10 a 18 años sólo 500 ISK , o sea, unos 8 € y unos 3 € más o menos.
Por falta de tiempo no pudimos quedarnos más tiempo en Húsavík pero si tienen oportunidad hay muchas actividades y lugares que ver en este fantástico lugar.