Hoy hemos madrugado para visitar los primeros la Galería Uffizi, un antiguo palacio donde se encuentra una de las colecciones de arte más antiguas del mundo.
Se empezó a construir en 1560 y se tardaron 21 años en terminarlo, todo con el fin de albergar las oficinas de las magistraturas florentinas que se encontraban en el Palazzo Vecchio, que ya se había quedado pequeño para esta actividad. De ahí su nombre, «Galería de Oficinas«.
En su interior se guardaban también importantes obras de arte pertenecientes a la familia de los Médici, y este fue el origen para poco a poco convertirse en la pinacoteca más visitada de Italia.
Siempre recordamos que no somos expertos en arte pero, poder contemplar alguno de esos cuadros famosos que durante tu vida has podido ver en algún libro es algo muy gratificante, es como la sensación de haber podido cumplir un pequeño anhelo, ese pensamiento de ¿cómo será la pintura real? ¿será grande o pequeña? ¿qué tiene que tan famosa es?… Pues al poder verlos de cerca todas estas preguntas se van contestando poco a poco y es una gran satisfacción personal es haber tenido esta oportunidad. Por eso queremos compartir con vosotros un montón de fotos de los más famosos, seguro que conocen muchos de ellos. 😉
La Galería Uffizi se divide en dos pisos, dentro de los cuales hay diferentes galerías ordenadas cronológicamente. De esta manera podemos ver, desde esculturas romanas, hasta las obras más recientes.
Para que no sea un montón de fotos sin sentido intentaremos explicar alguna de ellas porque así se vuelven más interesantes todavía.
Lo mejor del museo está en el segundo piso y para empezar a contar nuestro recorrido y las cosas maravillosas que vamos a ver les pongo un mapa de la planta para ubicarnos.
Al entrar subimos por una gran escalera hecha en el año 1.500 y llegamos al segundo piso, donde está lo más importante de la exposición. No vamos a contaros todas y cada una, sólo las que más nos gustaron. 😉
En el vestíbulo nos encontramos con el «Torso del Doríforo«, una obra maestra de la antigüedad, de mitad del siglo I a.C., realizado en un material sumamente difícil de trabajar por su dureza, el basalto verde procedente de Egipto.
La Sala 1, es donde se encuentra la colección arqueológica Hay algunas estatuas romanas de la colección de los Médici y una que nos gustó especialmente, un sarcófago decorado con los trabajos de Hércules.
También las esculturas de los perros son muy realistas.
De aquí pasamos al Corredor Este, un bonito pasillo con el techo muy decorado y donde encontramos multitud de estatuas romanas y griegas.
Aquí destacan la de Hércules y el Centauro.
Seguimos por el Corredor del Este…
Entre todos los bustos romanos que vemos aquí hay dos que nos llaman la atención, el de Julio César y el de Nerón.
Ahora vamos a entrar en la Sala 2, dedicada a Giotto y el Siglo XIII. En esta época se ve que se conserva una fuerte influencia del arte bizantino.
Estos grandes paneles de madera pintados reciben el nombre de Maestà y son representaciones de la Virgen María en el trono con el niño y los ángeles. La primera de la izquierda es de Giotto.
En la Sala 3, hay una obra de arte considerada el máximo exponente de la pintura sienesa, «La Anunciación«, de Simone Martini y Lippo Memmi en 1333.
Ahora nos vamos a parar en la sala 7, dedicada a Gentile da Fabriano y el Renacimiento temprano. A esta obra se la conoce como «La Adoración de los Reyes Magos» y trata de cuando se presentan los reyes Magos a adorar a Cristo recién nacido, aunque que yo recuerde, según la Biblia no había tanta gente en ese momento….
En la sala 8, de Filippo Lippi, encontramos una de las estrellas del museo, el «Díptico de la duquesa y el duque de Urbino» de Piero de la Francesca.
Estamos seguros de que este último cuadro les resulta más familiar que los anteriores… 😉
En la siguiente sala, la 9, encontramos otro de los cuadros más fotografiados del museo, se trata de «Las Siete Virtudes» de Botticelli y Piero del Pollaiolo.
Este cuadro fue encargado por el Tribunale della Mercanzia para colocarlo sobre los asientos de los jueces representando a las 3 virtudes cristianas: la Fe, la Esperanza y la Caridad, y las cuatro virtudes universales: la Templanza, la Prudencia, la Fortaleza, y la Justicia.
Y ahora uno de los platos fuertes del recorrido, las Salas que van de la 10 a la 14, dedicadas al gran Sandro Botticelli. La primera obra que nos impresiona al entrar es «La Coronación de la Virgen«.
Pero las más fotografiadas son las dos siguientes:
Esta es la «Primavera» y el siguiente en el «Nacimiento de Venus«, que llegó a la orilla sobre una concha después de ser creada.
Estos dos últimos de Botticelli estamos seguros de que ya los han visto en algún lugar y la siguiente sala más todavía, la Sala 15 dedicada a Leonardo Da Vinci donde destaca «La Anunciación» y la «Adoración de los Magos«.
En esta sala también se encuentra «La Adoración de los Pastores» que pintó Lorenzo di Credi antes del año 1510.
La Sala 18, es la conocida como Sala de la Tribuna. Construida por orden de Francesco I de los Médici para albergar sus objetos más preciosos y constituye un mini museo en sí misma. Es diferente a todas las demás, con una planta octogonal y coronada con una cúpula adornada por miles de conchas de perlas, paredes de terciopelo rojo y suelos de mármol muy elaborados.
La más importante de las esculturas que hay en su interior en la central, llamada la «Venus de los Médici», del siglo I a.C. También en la Sala de Tribuna podemos apreciar una de las obras más emblemáticas del museo y que más merchandising tiene en su tienda, el «Ángel Musical» de Rosso Fiorentino. Es un cuadro pequeño así que hay que buscarlo bien para verlo.
El Sala de Dürer, 20, se encuentra otra pintura que nos resulta muy conocida, «Adán y Eva» de Lucas Crach el Viejo de 1528. Para ser sinceros conocíamos el cuadro, no el autor. Se trata de Adán y Eva en el paraíso justo antes de morder la manzana como se puede apreciar por la desnudez y la belleza del cuerpo, inspirado en el ideal de belleza griega.
En la Sala de Tiziano, la 28, encontramos una de las pinturas más famosas de este pintor, «La Venus de Urbino«.
La otra obra que encontramos aquí es «La Muerte de Adonis» de Sebastiano del Piombo.
En la Sala 35, dedicada entre otros a Miguel Ángel y su «Tondo Doni» o «La Sagrada Familia«. La importancia de esta pintura es que sienta las bases para la corriente artística del Manierismo, donde los personajes están representados en posturas extrañas, poco naturales y colores iridiscentes. Aparte de esto, es la única pintura que se conserva de Miguel Ángel en Florencia y la única que se puede mover por no estar pintada sobre un muro.
En esta sala también encontramos la escultura romana del siglo II a.C. de «La Ariadnna Dormida«
En la 38, la Sala de Hermafrodito, su nombre es por la escultura durmiente del hijo de Hermes y Afrodita, que posee ambos sexos y que es una copia de una escultura del siglo II a.C.
La Sala de Niobe, la 42, es una estancia alargada donde se encuentra un conjunto de esculturas romanas, copias de unas griegas anteriores, que representan el mito de Niobe. Cuenta el mito que el Rey de Tebas, Anfión, y su esposa Niobe tenían 14 hijos, 7 hombres y 7 mujeres. La vanidad hizo que Niobe se riera de la Diosa Latona, madre de Artemisa y Apolo por sólo tener dos. La diosa mandó matar a los 14 hijos de Niobe y ella quedó petrificada en mármol por la pena y de sus lágrimas dice que sale un manantial en el Monte Sípilo.
Como todo en estos mitos siempre hay una lección que hay que aprender detrás de la historia…
Si tienen la oportunidad de visitar esta sala no de dejen de fijarse en la postura y en la expresión de sus caras… Todos están huyendo mirando hacia el cielo desde donde Artemisa y Apolo les dispararon sus flechas. La escultura central representa a Niobe intentando proteger a su hija pequeña con la mirada suplicante hacia el cielo.
En la Sala 43, la Sala de Caravagio, destaca el «Escudo de Medusa» donde se dice que el pintor se hizo un autorretrato cuando era joven.
En el Corredor de Poniente donde nos encontramos ahora después de haber hecho todo el recorrido está una de las esculturas consideradas como más importantes de la Galería Uffizi, «Laocoonte«.
Esta escultura es una copia de la original que se encuentra en los Museos Vaticanos. Fue realizada entre 1620 y 1625 por Baccio Bandinelli y se observa uno de los errores típicos de las réplicas. Laocoonte tiene el brazo derecho extendido cuando la original lo tiene flexionado. Esto es debido a que cuando la escultura original se encontró le faltaba, entre otras cosas, ese brazo por lo que cada artista que hizo una réplica lo completó a su criterio.
Ya hablaremos en un post sólo de Laocoonte porque su historia lo merece, por el momento les invitamos a apreciar los gestos de dolor e impotencia en la cara de Laocoonte, incapaz de salvar a sus hijos y a él mismo de estas serpientes que envió la Diosa Atenea.
¡¡Por cierto desde el ventanal mirad como se ve el Ponte Vecchio!!
Desde este punto salimos a la terraza donde hay una cafetería y disfrutamos de la vista hacia el Palazzo Vecchio, que se encuentra justo al lado de la Galería Uffizi.
El primer piso no es tan importante como este que acabamos de visitar así que no nos paramos mucho en él y salimos de la Galería Uffizi para continuar con nuestra visita a Florencia.
Esperamos que les haya gustado y que alguno de los cuadros les haya sido familiar. 😉