El Parque Maruyama inagurado en 1886 es el parque público más antiguo de Kioto.
Por su cercanía con el Barrio de Gion es uno de los parques mas populares de la ciudad y en su interior podemos encontrar más de 800 cerezos que cuando florecen es un regalo para la vista.
Los japoneses disfrutan mucho de estas temporadas y podemos encontrar a muchos de ellos haciendo pic-nic en el interior del parque bajo las preciosas flores de los cerezos. Incluso llegan a iluminar por la noche los árboles para que la gente pueda seguir disfrutando de esta actividad al aire libre.
En su interior también podemos encontrar una casa de té tradicional así como muchos pequeños puestos de comida y bebida. Otro de los grandes atractivos del parque son sus jardines de estilo Kaiyu-shiki, que viene a significar «jardín de los paseos». Tiene multitud de ellos y la mejor forma de disfrutar del parque Maruyama es andar y dejarse llevar por ellos.
En su interior podemos encontrar el Santuario Yasaka con más de 1350 años de antigüedad y varios templos, pero ya hablaremos de ellos en otro post más extensamente.
Uno de los árboles más fotografiados del parque es, como no podía ser de otra manera, un cerezo, que está llegando ya a los 90 años y que sustituye a su predecesor que llegó a unos 300. Se encuentra situado en un lugar privilegiado dentro del parque, rodeado por un jardín para que la gente no pueda dañarlo. Nosotros lo vimos así pero verlo durante la floración tiene que ser precioso.
Justo aquí conocimos a un señor mayor que hacía figuras con globos y cuando vió a Carolina tuvo un arranque de creatividad y le regalo esto.
Al día siguiente se nos había desinflado pero, por si este hombre algún día ve este post, que sepa que lo llevamos con nosotros durante el resto del día y nos sacamos varias fotos con él como testigo 🙂
Nuestro paseo por el Parque Maruyama acaba en su lado norte, en el Templo Chion-in, desde aquí nos despedimos hasta el siguiente post 😉
Asi de lejos… parece ¡¡¡ Sailor Moon !!!