Ya estamos en el Museo Vasa, se ve enseguida porque los mástiles de un gran galeón sobresalen sobre el tejado.
El Vasa es el nombre del galeón insignia de la armada sueca. Su construcción en 1628, en plena guerra con Polonia, era un encargo del Rey Gustavo II Adolfo que pretendía establecer el dominio del Báltico.
Según los estudios estamos hablando del navío más poderoso de su época, tanto que se tardaron casi 170 años en que los Estados Unidos construyeran un barco que lo igualara en potencia de fuego aunque casi 700 toneladas más pesado por lo que el Vasa en sí mismo era una maravilla de la ingenieria naval.
Fue una serie de acontecimientos los que desencadenaron el triste final que le deparó el destino. Hay varias teorías al respeto pero lo que seguramente ocurrió fue la suma de varias de ellas.
La primera habla de que en un principio el navío debería haber sido mucho más pequeño pero se le fueron añadiendo elementos, hasta una tercera fila de cañones. Por otro lado, por su peso, las troneras de la línea inferior de cañones quedaba muy cerca del agua por lo que hubo que aligerar mucho lastre. Otra causa es de que el monarca estaba impaciente y dió la orden de sacarlo de dique seco cuando se sabía tenía algunos problemas, pero claro… es el Rey… ¿Quién le iba a llevar la contraria?.
El resultado fue que, después de avanzar un kilómetro por la bahía empezó a soplar una leve brisa lateral haciendo que el barco se inclinase y empezase a entrar agua por las troneras. Sólo bastaron 15 minutos para que la joya de la armada sueca se hundiera en su viaje inagural.
300 años estuvo el barco en el fondo, olvidado por todos, hasta que un proyecto de recuperación lo consiguió sacar a flote, restaurarlo y exponerlo en el que hoy es uno de los museos más visitados de Estocolmo, el Museo Vasa.
Ahora ya sabemos un poco más de la historia del Vasa, vamos a entrar para ver todos sus detalles.
Para verlo mejor desde todos los ángulos hay varios pisos donde podemos tener otras perspectivas del galeón. Se talaron más de 1000 árboles para hacer el Vasa y no se escatimaron los gastos dando como resultado una obra de arte en madera llena de infinidad de pequeños detalles.
A su alrededor también tenemos muestras de como son algunos de los elementos que lo componen como por ejemplo los cañones y alguna de las habitaciones interiores.
Hay tanto nivel de detalle en cualquiera de sus características que incluso cuando se abrían las troneras para disparar los cañones, las tallas de los leones quedaban al descubierto.
Vamos a subir un par de pisos para apreciar más el barco completo que desde abajo no hay manera que entre en una foto…
No se si se aprecia bien en la foto pero el tamaño del galeón es impresionante. Vamos a pararnos en la talla de la popa que es una obra de arte.
Nos despedimos del Museo Vasa con la foto de uno de los botes que no le dió tiempo a la tripulación de usar para ponerse a salvo.