Entre los años 1891-1895 se levantó en Budapest el Palacio Nueva York y fue la sede de una importante compañía de seguros americana.
Posteriormente, se mandó construir el Café New York en la planta baja pero con una condición: la cafetería tenía que estar a la altura de los negocios que se cerraban en ella, es decir, sin escatimar en lujo. Para una compañía de seguros americana imaginad lo importante que tenía que ser la imagen de cara a sus nuevos clientes europeos.
Pinturas en el techo, columnas de mármol torneadas con acabados dorados y lámparas de lágrimas de cristal hacen que tomar un café aquí sea toda una experiencia.
A la vez que servir de cafetería para cerrar los negocios de la compañía de seguros también atrajo a numerosos círculos artísticos y literarios, lo que iba haciendo que su fama creciera más allá de la capital.
El Palacio Nueva York es, actualmente, el Boscolo Budapest New York Palace Hotel y esta cafetería pertenece al hotel pero está abierto al público.
No pueden dejar de visitarlo porque será el café que no olvidarán nunca y no lo digo por el precio, que tampoco es tan caro, sino porque está considerado como el café más hermoso del mundo.
Nosotros ya lo hemos hecho 😉
