A unos 70 Km. a las afueras de la ciudad de Amman, sobre una colina que domina los alrededores, se alza un pequeño castillo, el Castillo de Ajlun.
No se trata de un castillo grande, de hecho es bastante pequeño, pero tiene una historia interesante que merece la pena conocer y es uno de los atractivos turísticos de Jordania.
Construido por el sobrino del famoso Saladino, uno de los grandes gobernantes que ha tenido el mundo árabe, para defender el territorio de los ataques de los cruzados en el año 1184. Estos cruzados tenían su base en Israel, en Beisal, y al sur de Ajlun, en la fortaleza de Al Karak. Desde estos dos puntos intentaban recuperar estos territorios por considerarlos tierra santa.
Otro de los objetivos del Castillo del Ajlun era proteger las rutas comerciales entre Siria y el Sur de Jordania ya que desde su ubicación privilegiada controlaba toda la zona, a su vez, era la una forma de poder controlar las minas de hierro de la zona, ya se pueden imaginar que en tiempo de guerra el control de estas minas para la fabricación de armas era un factor de estrategia vital.
En 1260 los mongoles llegaron a destruir varias secciones del castillo pero finalmente los mamelucos se alzaron con la victoria y restauraron el castillo que había quedado un poco maltrecho de la batalla.
Al llegar vemos que no es una gran construcción como las que encontramos en Europa aunque tiene muchas características similares como los anchos muros, el foso que lo rodea y sus torres defensivas aunque a menor escala.
Se entra por una pequeña puerta por la que accedemos a un estrecho pasillo descubierto que dejaba a merced de los arqueros de los pisos superiores a los atacantes. Al final del pasillo ya nos encontramos con lo que parece la puerta principal y, sobre ella, hay una ranura por la que en caso de ataque tiraban aceite hirviendo para repeler el ataque.
En su interior podemos visitar las grandes salas débilmente iluminadas con la poca luz que entra por pequeños agujeros en el techo y a través de las aspilleras de sus muros. Las aspilleras son esas pequeñas ventanas entrechas por las que los arqueros disparaban las flechas y hacían muy difícil el ataque desde el exterior.
En otra sala encontramos muchas piedras redondas de diferentes tamaños que se usaban para tirarlas colina abajo y arrasaran todo lo que encontraran a su paso y los restos de lo que parece una capilla.
Como pueden ver, el Castillo de Ajlun es pequeño pero bien defendido por lo que se hacía muy complicado conseguir conquistarlo.
Lo mejor es subir a su punto más alto desde el que tenemos una vista de 360º de toda la zona y desde donde podemos imaginar como sería la vida en el castillo vigilando todos los alrededores pendientes de cualquier amenaza.
Después de haber sobrevivido a los terremotos de 1837 y 1927 actualmente se encuentra en proceso de restauración y hay partes que no se pueden visitar.