Es una de las basílicas más antiguas de Milán y su contrucción se llevó a cabo entre los años 379 y 386 por voluntad del entonces obispo de la ciudad, San Ambrosio.
Se construyó en este lugar por ser uno de los emplazamientos donde se dieron sepultura a muchos cristianos martirizados durante las persecuciones romanas, por lo que en un principio se la llamó Basílica Martyrum. Después de esto, el obispo quiso traer a su interior las reliquias de varios mártires como Sátiro y Víctor, Nabor, Vital, Félix, Valeria, Gervasio y Protasio.
Cuando el obispo murió se le dió sepultura en esta basílica y se le puso el nombre de Basílica de San Ambrosio en su honor.
Desde fuera vemos que tiene un aspecto un poco abandonado, poco cuidado, pero hay que tener en cuenta el año cuando fue construida…visto así bastante bien está.
Llaman la atención nada más entrar su gran atrio rodeado de criptas en las paredes y al fondo 5 arcos superpuestos por otros 5, aunque desde el atrio sólo se pueden ver 3 de frente. Nos encantan las puertas de las iglesias en Italia, son una maravilla.
Ya en el interior podemos ver la nave principal.
Al fondo el altar mayor, de oro y piedras preciosas, sobre el que se encuentra un tiburio, con 4 tímpanos esculpidos en relive, con escenas en las que podemos ver a Cristo dando el mandato a Pedro y Pablo, a San Ambrosio con dos monjes y en presencia de San Gervaso y San Protaso, otro con San Benito y el último tímpano con Santa Escolástica acompañada con dos monjas.
En el lado izquierdo de la nave hay una columna sobre la cual podemos ver una representación de la serpiente de Moisés y a la derecha otra columna sobre la que hay una cruz. La leyenda dice que la llegada del fin del mundo se dará a conocer cuando la serpiente descienda de su columna, pero por el momento vamos a esperar que siga allí arriba que todavía nos queda mucho mundo que conocer. 😉
También, más cerca del altar a la izquierda podemos ver un púlpito con bonitos relives.
Al fondo, detrás del altar, se encuentra el ábside de la basílica con un gran mosaico bizantino que tuvo que ser restaurado por los bombardeos en 1943.
Y ya desde la Basílica de San Ambrosio vamos dando un paseo hacia los canales para acabar el día con una buena cena, en el próximo post les contamos donde. 😉